1 de febrero de 2011

"Homenaje al Lapiz"


"Nere"
 El “LAPIZ es un utensilio que lo hemos utilizado mucho en la escuela cuando eramos txikis y a pesar de todos nuestros avances; como son, nuestros ordenadores y aparatos sofisticados de esta nueva generación, os diré, que el lápiz a pesar de todo, es algo que se hace imprescindible.
En“1595” se descubrieron en Inglaterra unos yacimientos de grafito y en aquellos momentos fue un hallazgo para todos. Imaginaros los “artistas” de aquellos tiempos marcando sus trazos con "LAPIZ" en sus lienzos, y poniendo su futura obra, ante sus ojos, y percibiendo la idea preconcebida,   siendo guía de sus ideas y estas convertirlas en verdaderas obras, mas fáciles de ser ejecutadas, que con aquellos palitos marcadores, que mas que marcar, lo que hacían era gravar, y por ello no acertar a dar, “una”.
Su posterior diseño, así como su fabricación, fue mas tarde, en Francia, en el año 1792 y basado en unos pasos como estos; con la madera del árbol, que conocemos como el “Cedro” se pude obtener la base de este sin igual “LAPIZ”, y con la compañía del grafito, mezclado con arcilla darle más o menos dureza, a este, “LAPIZ”. Que nos viene acompañando a lo largo de nuestra vida.
Tengo recuerdos de mi niñez, siempre acompañada de mis lápices. Mi aita, nos daba a todos los hermanos, los lápices que a el no le servían, para así continuar con su trabajo y con el tipo de mina que el necesitara. Mi ama se beneficiaba, pues a la vez que utilizábamos el “LAPIZ”, a ella, la dejábamos tranquila y continuaba con sus trabajos, pero… con nuestras “travesuras” y tanta obra de arte, que algunos dejábamos en las paredes; la tranquilidad quedaba quebrada y reducida a tener que limpiar las paredes entre todos los hermanos y el consiguiente castigo para la autora o autor de dichas obras de arte. Era muy pequeña, cuando “EL LAPIZ” me acompañaba; en párvulos tuve mi primer “examen” tenia que escribir el numero "ocho" en una plana de papel, y no sabia hacerlo, solo sabia dibujar el redondelito “O” y si no aprendía a hacerlo, no salía de la gela y me quedaría para siempre en ella. Yo miraba al “LAPIZ” llorando, y “el” desde su figura minima, me hablo diciendo en bajito… (Pon otro redondelito encima)… ¿que?... y fue así, como descubrí, que con otro redondelito encima del ya citado” ¡vi como se hacia el ocho!!! Así fue, que con “halagos y txalos”, salí de clase contenta y siempre, acompañada de mí “Lápiz” al que desde este txoko, le dedico mí homenaje.


Egonarri 

1 comentario:

  1. Siempre me sorprendes con tus relatos. Me gustaria que contaras mas historias idealizadas por ti,pues me gustan mucho.

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