3 de febrero de 2011

Lo valientes son ellas

Los valientes son ellas, por Julia Navarro



HE ESTADO EN MÉXICO y, cuando he reflexionado sobre lo visto, escuchado y vivido allí, me he dado cuenta de la profunda huella que me han dejado las mujeres a las que tuve la suerte de conocer. Lidia Cacho, Carmen Aristeguri, Lorena Elisabeth Hernández, Sanjuana Martínez, Anabel Hernández... 
La lista es larga y todas le plantan cara a la muerte. Son mexicanas y llevan el valor prendido en la mirada. Son periodistas, amas de casa, profesionales liberales, tanto da. Mujeres que han dicho 'basta ya' y se enfrentan a los cárteles de la droga, a los políticos corruptos, a los traficantes de mujeres. No es fácil ser valiente en un país donde una vida vale poco mas que calderilla. Un país hermoso e inmenso, repleto de buena gente que vive sobrecogida ante la delincuencia de la que el Estado no es capaz de defenderles. Un país donde se ejerce la violencia contra las mujeres con especial brutalidad.

EL NOMBRE DE CIUDAD JUÁREZ hace temblar. Cada año desaparecen cientos de niñas y mujeres, secuestradas para ser esclavizadas por redes que controlan la prostitución. Otras son asesinadas y las autoridades son incapaces de llevar ante la justicia  a los fantasmas que se divierten torturando y asesinando. Sin embargo, la sociedad calla asustada. Son pocos los que se atreven a alzar la voz. Tienen miedo a las bandas, a los cárteles, a los políticos corruptos. Y cuando estás allí sabes que el miedo no es fruto de la paranoia, responde a una situación terrible: la de los ciudadanos inertes ante un Estado que ha perdido las riendas.

TUVE EL PRIVILEGIO de charlar con Lidia Cacho, tan querida como odiada. Millones de mexicanos la admiran porque hace frente a los cárteles, a los políticos corruptos, a los delincuentes. Lidia fue secuestrada, torturada y salvo la vida por la presión internacional. Denunció una red de pederastia impune y dirige un centro de acogida para mujeres que huyen de las mafias. Lidiame presentó a periodistas que, como ella, se enfrentan a esos poderes corruptos y a mujeres que mantienen casas de acogida. No es difícil llegar a una conclusión: en México ellas son los valientes, las que acabarán con la impunidad y la infamia, las que plantan cara a las redes que ganan millones con la trata de niñas y mujeres, las que no se achican ante los políticos que están en connivencia con las mafias.

Dirán ustedes que la violencia contra las mujeres también la padecemos en España, pero ni de lejos alcanza la magnitud de otros lugares del mundo. Además tenemos instrumentos para combatirla y la sociedad entera dispuesta a plantar cara. En México me sentí orgullosa de nuestra Ley contra la violencia de género. Nunca antes la había apreciado tanto.        Recopilado.         kachuri

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