El “LAPIZ es un utensilio que lo hemos utilizado mucho en la escuela cuando eramos txikis y a pesar de todos nuestros avances; como son, nuestros ordenadores y aparatos sofisticados de esta nueva generación, os diré, que el lápiz a pesar de todo, es algo que se hace imprescindible.
"Nere" |
En“1595” se descubrieron en Inglaterra unos yacimientos de grafito y en aquellos momentos fue un hallazgo para todos. Imaginaros los “artistas” de aquellos tiempos marcando sus trazos con "LAPIZ" en sus lienzos, y poniendo su futura obra, ante sus ojos, y percibiendo la idea preconcebida, siendo guía de sus ideas y estas convertirlas en verdaderas obras, mas fáciles de ser ejecutadas, que con aquellos palitos marcadores, que mas que marcar, lo que hacían era gravar, y por ello no acertar a dar, “una”.
Su posterior diseño, así como su fabricación, fue mas tarde, en Francia, en el año 1792 y basado en unos pasos como estos; con la madera del árbol, que conocemos como el “Cedro” se pude obtener la base de este sin igual “LAPIZ”, y con la compañía del grafito, mezclado con arcilla darle más o menos dureza, a este, “LAPIZ”. Que nos viene acompañando a lo largo de nuestra vida.
Tengo recuerdos de mi niñez, siempre acompañada de mis lápices. Mi aita, nos daba a todos los hermanos, los lápices que a el no le servían, para así continuar con su trabajo y con el tipo de mina que el necesitara. Mi ama se beneficiaba, pues a la vez que utilizábamos el “LAPIZ”, a ella, la dejábamos tranquila y continuaba con sus trabajos, pero… con nuestras “travesuras” y tanta obra de arte, que algunos dejábamos en las paredes; la tranquilidad quedaba quebrada y reducida a tener que limpiar las paredes entre todos los hermanos y el consiguiente castigo para la autora o autor de dichas obras de arte. Era muy pequeña, cuando “EL LAPIZ” me acompañaba; en párvulos tuve mi primer “examen” tenia que escribir el numero "ocho" en una plana de papel, y no sabia hacerlo, solo sabia dibujar el redondelito “O” y si no aprendía a hacerlo, no salía de la gela y me quedaría para siempre en ella. Yo miraba al “LAPIZ” llorando, y “el” desde su figura minima, me hablo diciendo en bajito… (Pon otro redondelito encima)… ¿que?... y fue así, como descubrí, que con otro redondelito encima del ya citado” ¡vi como se hacia el ocho!!! Así fue, que con “halagos y txalos”, salí de clase contenta y siempre, acompañada de mí “Lápiz” al que desde este txoko, le dedico mí homenaje.
Egonarri
Siempre me sorprendes con tus relatos. Me gustaria que contaras mas historias idealizadas por ti,pues me gustan mucho.
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