Al salir de Cartagena
en una noche tempestuosa
y de un barco desvencijado,
cayó un marinero al agua
Lucifer que nunca duerme,
pregunto con gran anhelo
Marinero; ¿Qué me darás por salvarte?
Te daré mis tres navíos...
Y mis oros y mis platas...
No quiero tus tres navíos
Ni tus oros ni tus platas
Solo quiero cuando mueras
que a mi, me entregues el alma…
El alma, la entrego a Dios
y a la Virgen Soberana…
El cuerpo para los peces
y la sangre para el agua.
Lucifer lleno de desesperación y rabia, desapareció entre grandes truenos y tximistas, y el marinero fortalecido por sus convicciones religiosas, tuvo la fuerza suficiente para seguir nadando, salvándose de tan horrible situación y en lo sucesivo vivió dando gracias a Dios y a la Virgen, todos los días de su vida.
Recopilado:
Conchi Arrieta Lete
( mi ama )
Conchitatxo
11 de mayo de 2010
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Yo tampoco querría, ni sus “ oros ni su plata”, que luego acabo en el “ trullo”.
ResponderEliminarQue historias con tanto sentimiento nos contaban nuestras madres, tenian unos principios que para nosotras los querriamos, y una Fé que yo la embidio.
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