PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS…
“Imposición-oposición, contra-favor, resistencia-aguante,
rivalidad-afinidad, contraposición-contraoposición,
diconformidad-conformidad-inconformidad, intolerencia-
tolerancia, condescendencia-rebeldía, pasividad-
beligerancia, indulgencia-imperdonabilidad, aprobación-neutralidad,
transigencia-intransigencia, acomodo-beneplácito-
rechazo-, indisculpabilidad-benevolencia. Todas estas
palabras ¿Qué son sin nada enfrente, sin nada en dónde
reflejarse? Son conceptos cuasi-filosóficos que no
conllevan en sí nada positivo ni nada negativo, no son
mejores ni peores que sus contrarios. De ellas tomo una:
tolerancia. Palabra usada, abusada y bien sobada. La te, la
o, la ele, la e, la erre, la a, la ene, la ce, la i y la a. Estas
letras uniditas parecen formar una palabra mágica,
omnipotente. Quien la usa, como por milagro se torna
demócrata. ¿Pero, qué es la tolerancia? Dice el
diccionario: “Acción y efecto de tolerar”. Y si buscamos
“tolerar”: “Sufrir, llevar con paciencia. // Disimular
algunas cosas que no son lícitas, sin consentirlas
expresamente”. ¡Ajajá! Entiendo, entiendo... al poder le
interesa la tolerancia, nuestra tolerancia frente a su
actuación, lo hagan bien o lo hagan mal, ¡qué cómodo!
fuera la crítica que es demostración de intolerancia; fuera
la reprobación, la opinión del otro, la desautorización, el
juicio personal. Si frente al nazismo, al racismo, al
machismo, a la brutalidad, a la ignorancia, a los prejuicios,
a las supersticiones, a las mentiras... la actitud general
hubiera sido de intolerancia, quizá no conociéramos el
significado de estas terribles palabras. Así que, ni
tolerancia, ni intolerancia. Y si tuviera que elegir
necesariamente una de ellas, me quedaría con la
intolerancia. Mientras vivamos en un mundo injusto será
mejor ser intolerantes, por lo que tiene de “no aceptación”,
de esperanza de un mundo mejor. Quizá pensándolo mejor
todos los/as generosos/as, justos/as, sinceros/as,
revolucionarios/as, libres, leales... bebieron de las aguas de
la intolerancia. Quizá..."
Maru Rizo, “Palabras, palabras, palabras... de Shakespeare)
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