8 de mayo de 2015

MUJERES ANONIMAS- POR MARIAN DELGADO





 A Marían, le gusta transitar por los mercados y hablar  con las vendedoras de edad avanzada, haciéndolas preguntas en las que ahonda  en  su vida laboral en épocas en las que desarrollar su trabajo les suponía un autentico y desgarrador sacrificio para poder sacar su casa adelante. Ella nos transcribe uno de estas entrevistas a Mª Karmen,  proveedora suya  en  “La Bretxa”;

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Todas las mañanas muy temprano, Lorenza desde su caserio en Martutene, se dirigía a San Sebastián caminando hasta el  mercado de “La Bretxa””, para vender las verduras de su huerta, que las transportaba encima de su cabeza.

En este caminar y al llegar a la clínica Quirón, descansaba en  una fuente que allí había  y dado que venia descalza ( seguramente con abarkas) se lavaba los pies, poniéndose inmediatamente las alpargatas como detalle de “lujo”.

Intentaba llegar muy temprano al mercado, ya que  tenían problema para poder ocupar los puestos, pues no había titularidad para ninguno de ellos y venían las discusiones.

Lorenza,  decidió ir al Ayuntamiento y para ello pidió a las demás vendedoras que le acompañaran para hacer mas fuerza,  pero ellas se negaron a acompañarla, quizás por la falta de costumbre a quejarse y menos ante las autoridades que les inspiraban mucho respeto, o mas bien temor.
Ella, siguió en su empeño y lo hizo en solitario, se traslado al Ayuntamiento y de la manera que mejor supo, expuso el problema  que tenían y les pidió   que les adjudicaran a cada una de las vendedoras un lugar fijo y así evitarían  problemas, como  se suscitaban continuamente, dando lugar a discusiones y enfados. Parece ser que fue bien acogida la sugerencia y desde entonces consiguieron la titularidad de los puestos.

Mas tarde, Pilar hija de Lorenza,   sustituyo a su ama en el desempeño de su  trabajo, pero hubo un cambio en el medio de transporte, que en este caso lo hacía a lomos de un  caballo.

Pasaron los años y pensó en sacarse el carné de conducir, y desde entonces acudía al mercado en su furgoneta, haciendo de esta forma más llevadero dicho trabajo.

Mujeres anónimas como Lorenza, seguramente sin cultura pero si con animo de superación han cambiado nuestras vidas haciéndolas mas justas y llevaderas. 


Marian Delgado

Conchitatxo 

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