CURRICULUM-OCULTO
En
mi primer currículum, quizá olvidé apuntar cosas importantes que he hecho en mi
vida, incidí más en la parte sentimental y olvidé la formación que he ido
adquiriendo a lo largo de mi vida.
Adquirí
una cultura general bastante amplia. Al mismo tiempo que iba al colegio recibía
clases de piano, fueron cinco años de obligación pero no de aprendizaje porque
aunque me encantaba la música, no me gustaba tocar el piano.
Pasé
un año en Paris en casa de unos familiares, iba a la escuela pública. Ahí
además de aprender francés, tuve que desenvolverme sola en una gran ciudad y en
otro idioma. Fue una experiencia que me ayudó a madurar.
Al
volver a casa y dada mi afición por los idiomas, seguí con las clases de
inglés y algo de alemán. Con este bagaje entré a trabajar en “Galerías Yola”
que eran unos almacenes muy al estilo francés que los primeros años tras su
apertura, tuvieron mucho éxito.
Tras
un tiempo trabajando me casé y tuve a mi primer hijo con 21 años. Decidí dejar
el trabajo y quedarme en casa cuidando y educando a los tres hijos que tuve. No
quería dejarlos en manos de otras personas, además en aquellos tiempos, los
años 60, no había guarderías.
Fueron
años difíciles, sobre todo por mi juventud. Mi familia me ayudaba en lo que
podía pero tenían un bar que les exigía muchas horas de trabajo, lo mismo que
mi marido que tenía jornadas interminables en su trabajo en un hotel.
Cuando
le di la vuelta a la situación, me di cuenta que tenía mucha suerte, todos
estábamos sanos, teníamos una gran familia que nos quería muchísimo y aunque
con mucho trabajo, salimos a flote.
Cuando
mis hijos eran adolescentes tenía tiempo libre que casi siempre empleaba en
ayudar a la familia pero decidí buscar algo que me diera satisfacción como
persona, buscaba “mi habitación propia” y tuve suerte de aterrizar en Dandai,
donde bien aconsejada empecé a escribir, a colaborar en la asociación acudiendo
en su representación a las Instituciones en un momento muy interesante para las
mujeres, dando los primeros pasos en la creación de “la Casa de la Mujer” que aunque se gestó
en el Ayuntamiento de San Sebastián, también en nuestra asociación colaboró muy
activamente.
He
asistido a toda clase de cursos, talleres, reuniones, conferencias y charlas,
impartidos todos ellos por personas que llevaban años defendiendo los derechos
de las mujeres y he conocido a gente maravillosa que ha compartido conmigo y
mis compañeras todo su saber y sus experiencias.
Todo
esto ha sido un trampolín desde el que me he lanzado a retos muy diversos,
participar en programas de televisión, radio, entrevistas para periódicos.
Cuando
me proponen alguna intervención de este tipo, suelo preguntarme ¿Por qué yo?
Quizás es porque me siento segura, convencida de que con respeto, ganas de
aprender y con inquietudes se pueden conseguir cosas que no creías que pudieran
ocurrirte a ti.
¡Un ama de casa de los 60!
Pilar Romea.
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