Jueves y viernes santo, ¡qué días más extraños!
Hace muchos años sabías que esos días estaba todo prohibido, jugar cartas, oír música (que no fuera sacra), bailar, cantar; ayuno y abstinencia, excepto si ibas al “Buenpas” y comprabas la bula ¡cuanta hipocresía! El no hacer algo que te apetece porque te lo prohíben, no tiene mucho mérito.
Las distracciones impuestas o permitidas eran la visita a las iglesias y ver las procesiones, entonces había en Donostia.
Mis primos y sus amigos salían vestidos de romanos, nos hacía mucha gracia verlos con aquellas medias rosas. De todas formas, aunque nos prohibían todo, no nos aburríamos, éramos jóvenes y a cualquier cosa le sacábamos chispa y sin gastar una pela, y hasta los garbanzos en vigilia, estaban riquísimos.
Qué diferentes aquellas semana santa, de mantilla y recogimiento (obligado) en contraste con las que se viven hoy.
PILARTXO
Gracias Pilartxo por compartir estas vivencias! Parece que fuera un tiempo muy lejano, pero no es más que antesdeayer.
ResponderEliminarUn beso guapa!